EL INICIO DE LA NAVIDAD Hace muchísimos años la navidad no era como la conocemos hoy en día, las calles eran tristes, bañadas en un tono gris, envueltas en lo faltante de sonrisas de los niños que se escondían en casa junto a sus padres todo el mes de diciembre, esto por culpa Gullit; un ser despreciable, grande y gordo con una barba enredada entre las marcas de amargura en su rostro, ojeras pronunciadas por falta de sueño y tal vez por todo ese llanto que algún día acapararon sus ojos y gota tras gota empezaron a hundir debajo de los mismos, dejando un acantilado oscuro como su alma. Nadie conocía de donde provenía ese odio inmenso hacia la sociedad; dicen que brotó al ser abandonado por sus padres cuando era niño, otros le echan la culpa a la vida misma que se portó como una cretina al darle ese destino de soledad, que lo fue vistiendo de oscuridad. Se decía una y otra historia, pero nadie le preguntaba cuál era la verdad. Absolutamente nadie sabía que él se